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Sidnei, el kaiser verdiblanco

Una de las gratas impresiones que ha dejado este primer tramo competitivo en el Real Betis Balompié ha sido la gran actuación de Sidnei Rechel da Silva, antepenúltimo fichaje realizado en pretemporada.

Podría decirse que el ex del Deportivo de la Coruña venía para completar el banquillo, pero su excepcional estado de forma, su entendimiento a la perfección del sistema de 3 centrales y la baja repentina de Zou Feddal lo han convertido en un jugador clave en la zaga verdiblanca en este primer tramo competitivo.

Si de algo conocíamos a este brasileño era por sus partidos disputados con la camiseta del Coruña, donde demostró ser un jugador peculiar, con enorme talento y talla, pero también protagonista de desconexiones en varios partidos seguidos de la Liga. Pero si algo ha conseguido el cuerpo técnico del Real Betis es sacar lo mejor del jugador, que se ha mantenido regular y en gran condición en todas sus actuaciones.

Sidnei llegó a la Liga española de mano del RCD Espanyol donde disputó una temporada. Fichó por el Deportivo para jugar en Coruña hasta el final de la temporada pasada, consumando el descenso con el equipo gallego.

El verano del brasileño ha sido complicado. El Deportivo estaba deseoso de soltarlo. Al no poder pagar su ficha a bajar en segunda, llegaría a un acuerdo con el Krasnodar para desprenderse del central por 6 millones. Aunque al final, los representantes del propio jugador decidieron que el defensa no viajara a tierras rusas.

Fue entonces cuando entró el Betis en la puja, ocasión proclive para la aparición de Serra Ferrer y su equipo técnico, consiguiendo el fichaje del central brasileño por un precio menor a 4 millones de euros, firmando hasta el 2022.

Central no solo físico, sino inteligente

Sidnei llegaba a Sevilla con la vitola de ser un central destacado en corpulencia y altura, pero en estos meses, ha demostrado ser algo más. Titular indiscutible en el Depor, Sidnei destacó durante años por su juego frío de mente. Su serenidad y tranquilidad se han hecho patente en el Betis.

Pese a medir 1,88 metros, utiliza más la defensa posicional que la física. Realiza marcajes al rival demostrando gran destreza táctica, le gusta anticiparse y comete muy pocas faltas. Otra de las virtudes que hemos podido comprobar en estos partidos es que le gusta tirar hacía arriba por el carril izquierdo, como se comprobó en el Betis Atletic de Bilbao, motivando la falta que terminó por ser la expulsión de Susaeta. Paradójicamente, en el Depor jugó varios partidos en el lateral contrario.

Dominante en el juego aéreo, es una de sus armas ofensivas. Siempre atento al corte, también destaca por su buena colocación en la salida del balón a lavolpiana, controlando el juego asociativo, aportando un toque del balón tranquilo y efectivo en los primeros metros del área, que viene al dedo al juego demandado por Setién. Esta gran calidad y forma de salir jugando la pelota, muy del estilo Barça, llamó la atención del equipo catalán, quien se rumoreó que hizo una oferta casi de 20 millones para ficharlo hace dos temporadas.

Este saber posicionarse y jugar con el balón hace que, muchas veces, se plante solo en el centro del campo e incluso acompañe varias jugadas de ataque. La lentitud en velocidad punta o la realización de algunas entradas a destiempo son sus defectos más notorios.

En la actualidad, ha pasado de ser el cuarto central a ser titular indiscutible, y verdadero «kaiser» de la defensa bética.

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